
Claves para manejar seguro y sin sorpresas.
Cuando el clima cambia, tu auto también necesita una puesta a punto. Manejar bajo la lluvia implica nuevos riesgos: menor visibilidad, menor adherencia y tiempos de frenado más largos. Por eso, hacer una revisión rápida y preventiva puede marcar la diferencia entre un viaje tranquilo y un problema en el camino.
Acá te compartimos los puntos clave para que tu vehículo esté listo para la lluvia —y vos, más tranquilo al volante.
Visibilidad: que nada te nuble el camino
✔️ Escobillas del limpiaparabrisas: ¿Chirrían, dejan marcas o no limpian bien? Es momento de cambiarlas. Unas escobillas en buen estado aseguran una visión clara en plena tormenta.
✔️ Luces en regla: Chequeá que todas las luces funcionen correctamente (faros, traseras, intermitentes). En días lluviosos, se recomienda circular con luces bajas encendidas, incluso de día, para que te vean mejor.
✔️ Desempañador activo: El sistema de desempañado es tu aliado para evitar que los vidrios se empañen por dentro. Probalo antes de que lo necesites, y usá el aire acondicionado en modo desempañador para mayor eficacia.
Neumáticos y frenos: El agarre lo es todo
✔️ Neumáticos en buen estado: Revisá la presión y la profundidad del dibujo (mínimo 1.6 mm, idealmente más). Un buen dibujo ayuda a evacuar el agua y evitar el temido aquaplaning.
✔️ Frenos seguros: Unos frenos en buen estado son clave bajo la lluvia. Si notás vibraciones, ruidos o pérdida de respuesta, hacé revisar el sistema cuanto antes.
Protección contra la humedad: Cuidá tu auto por dentro y por fuera
✔️ Aplicá cera protectora: Usar cera o productos repelentes al agua protege la pintura, facilita la limpieza y evita marcas de agua.
✔️ Cubrí el auto si podés: Una funda ayuda a mantenerlo limpio y seco, sobre todo si no tenés cochera. Es una barrera simple contra la lluvia y la suciedad.
✔️ Kit de emergencia a mano: Nunca está de más llevar un triángulo, chaleco reflectante y herramientas básicas. Mejor prevenir que quedarse parado.
? Consejos extra que suman
Manejá con precaución: Reducí la velocidad, aumentá la distancia de frenado y evitá movimientos bruscos.
Secá el interior: Si se moja el tapizado o el tablero, secá cuanto antes para evitar humedad o malos olores.
Chequeo de líquidos: Verificá niveles de aceite, frenos, refrigerante y lavaparabrisas. Todo suma para un funcionamiento seguro.