
Inflar los neumáticos con nitrógeno en lugar de aire común se ha convertido en una práctica cada vez más recomendada, especialmente en vehículos de alto rendimiento, transporte pesado y flotas comerciales. Pero ¿qué beneficios ofrece realmente?
1. Presión más estable
El nitrógeno se expande y contrae menos con los cambios de temperatura que el aire. Esto significa que mantiene la presión más constante, lo que se traduce en un mejor desempeño del neumático y mayor seguridad en ruta.
2. Mayor duración del neumático
Al reducir las variaciones de presión y evitar el exceso de humedad, se reduce el desgaste irregular del neumático. Esto puede extender su vida útil en condiciones normales de uso.
3. Menor oxidación interna
El aire atmosférico contiene oxígeno y humedad, lo que puede generar corrosión en las llantas y oxidación interna en neumáticos con estructuras metálicas. El nitrógeno es seco e inerte, por lo tanto no oxida ni degrada los materiales desde el interior.
4. Mejor rendimiento en viajes largos
En condiciones de manejo prolongado o a altas velocidades, el nitrógeno mantiene la presión más estable que el aire, lo cual mejora la eficiencia y el control del vehículo.
5. Ahorro de combustible
Una presión más constante significa menor resistencia al rodamiento. Esto ayuda a mejorar el consumo de combustible, especialmente en vehículos que recorren largas distancias.
¿Es para todos los vehículos?
Sí, cualquier neumático puede inflarse con nitrógeno. Si bien su mayor beneficio se ve en vehículos de uso intensivo, también es útil para autos particulares, sobre todo si hacés viajes largos o querés mantener la presión más tiempo sin revisiones constantes.